viernes, 3 de junio de 2016

Allí abajo (T2)

Mayo se ha acabado con pocas entradas debido a mis pocas ganas de hacerlas. Tal vez sea por la llegada de Junio o simplemente me haya vuelto el gusanillo, pero aquí vuelvo con reseña de la última serie española que terminó hace un par de semanas. 

Serie que, por cierto, tiene ya confirmada su tercera temporada. Ya os comentaré si necesaria o si están empezando a estirar un chicle que no da más de sí. Os remito a la reseña de la primera parte para el argumento.

Reseña

Por hacer un poco de memoria, la primera temporada me dejó buenas sensaciones. Usaba los tópicos para reírse de ellos, había chispa en la pareja protagonista y buenos secundarios que le daban bastante vida a la serie. Todo ello sin casi ningún momento de drama. Vamos, una serie entretenida para pasar el rato y que acompañaba muy bien las cenas de los días que la emitían.

La verdad es que esta temporada no me ha convencido tanto. Ha seguido teniendo momentos geniales y puntos muy divertidos pero me ha dado la sensación que con la parte cómica se les iba la mano y han introducido pequeños dramas que, para mí, rompían el ritmo. Y tal vez sea cosa mía, que ya pasase en la T1 y no lo percibiese así, pero el uso de los tópicos me ha parecido que perdía su toque crítico para usarlos tal cual. Es decir, que la serie ha escorado (no mucho, pero sí de manera perceptible) hacia las mamarrachadas que produce Mediaset.


Aún así, esta temporada tiene cosas buenas. Ha seguido siendo una serie divertida y amena para ver por las noches y desconectar del día a día. La relación de pareja ha avanzado bien y rápido... quizás demasiado, porque a los pocos capítulos de empezar, entró el tema boda que ha acompañado hasta el final. Con lo independiente que era el personaje de Carmen choca que se lance a una boda llevando tan poco con él.

Y si hay boda, la familia cobra un papel destacado. De parte de Iñaki ya teníamos a la madre felizmente recuperada del coma en que cayó y que fue el detonante de la trama, así pues, quedaba conocer a los padres de Carmen. Y me temo que por aquí es por donde la serie perdió más puntos. Antonio, el padre, es el clásico macho alfa andaluz: rudo, pro-taurino (se dedica a criar toros para las corridas) y cazador aficionado. Es la antítesis de un personaje que caiga bien a los espectadores potenciales de esta serie. La madre se mantiene como incógnita hasta los últimos capítulos, en los que aparece dando una gran sorpresa a todo el mundo. Aplaudiría la idea hasta a quedarme sin manos si no fuese por un tratamiento poco convincente. Tendría que preguntar a alguien con una experiencia similar porque no tengo capacidad para decir si lo han llevado bien, regular o mal.

Con este panorama, creo que los auténticos salvadores de la serie han sido los secundarios. Aparte de la gran Dolores, Rober ha ganado muchos puntos cómicos esta temporada que le han redimido en parte de lo capullo que fue en la T1. Ahora que se le había cogido cierto cariño, es una pena que ya no vaya a estar en la T3. Maritxu, la madre de Iñaki, ha seguido siendo un personaje muy grande y la relación de sí-pero-no con Don Benjumea ha dado muy buenos momentos. De nuevas incorporaciones, Elena, una activista ecologista y feminista ha sido la incorporación más destacada ¿Problema? Su excesiva caricatura en dicho rol. Pena.

No me voy a extender mucho más. Ha cumplido su función de dar ratos entretenidos, pero el rumbo que ha tomado, más exagerado y de excesivos malentendidos llevados al extremo creo que ha sido demasiado. Y las nuevas incorporaciones de la temporada caen en esto mismo. El desenlace ya estaba planeado para una T3 que, espero, recupere un humor mejor pensado y menos histrionico. Si es así, perfecto, pero si sigue por la deriva de esta T2, habría preferido un final cerrado.

1 comentario:

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