miércoles, 9 de diciembre de 2015

El Ángel Negro, de Nieves Hidalgo

Este año no está siendo uno de leer mucha romántica adulta (en realidad, no está siendo de leer mucho, a secas) y, tal vez por eso, me entró con mucha fuerza el gusanillo de coger alguno de los tantos y tantos libros del género que tengo esperando en las estanterías, como es el caso que nos ocupa hoy. 

Para la ocasión me he decantado por esta novela de corte histórico de una autora española. En principio era libro único, pero ha salido recientemente una continuación titulada Dime si fue un engaño. De este modo, lo que había tomado como libro independiente, ahora abre la saga Caribe. Curiosa o intencionadamente (seguro que más bien lo segundo), la que es ahora segunda novela de la saga tiene el mismo título que el relato corto incluido en la antología La mirada del amor. Comentaba en la reseña de éste que parecía el prólogo de una historia y parece que la autora le sacó punta hasta convertirlo en una historia completa. Si cae en mis manos ya os contaré.

Argumento

1667. Miguel de Torres y su hermano Diego son exiliados de España, a perpetuidad, acusados de alta traición a pesar de ser inocentes y a pesar de la influencia que posee su padre. Su destino es Maracaibo, donde intentan rehacer su vida en la hacienda de Álvaro de Requejo. La nieta de éste, Carlota, se enamora de Miguel y acaban prometidos. Sin embargo, todo se tuerce cuando el pirata Morgan ataca la ciudad, asesinan a la chica, capturan a los dos hermanos y los venden como esclavos en Port Royal a un inglés que siente una especial animadversión hacia los españoles.

Kelly Colbert viaja a Jamaica como castigo por negarse a aceptar un matrimonio pactado. En la finca de Promise tendrá que luchar contra el asco que le produce la práctica de la esclavitud y las malas condiciones con las que son tratados hombres y mujeres por parte de su tío y su primo, Edgar. Pero además, Kelly combatirá contra la pasión que despierta en ella un arrogante esclavo español.

Reseña

La portada original, aquí a la derecha, es como para no acercarse ni con un palo al libro. Por suerte, la reedición (abajo) es, al menos, algo más elegante.

Aunque no he leído mucha romántica histórica, por lo que no he tocado todas las temáticas del género y me queda mucho por probar, es la primera de piratas que leo. De pequeña recuerdo haber disfrutado del clásico La isla del tesoro y, más adelante, y con un romance ya en la trama, Los tigres de Mompracem. Ha sido muy interesante ver cómo se desarrollaba una historia de amor en un contexto caribeño, con el tema de fondo de la esclavitud, los asaltos a otros barcos o pueblos, los días en el mar, las facciones enfrentadas entre corsarios... Está bien haber cambiado de escenario, pero creo que le podría haber sacado más partido al género. Aún así, salir de las estancias inglesas para pasar a peleas, haciendas, barrios bajos y una mayor carga de acción y aventura ha hecho que no me separase de las páginas del libro. Es de estas lecturas con las que te permites desconectar y pasar un par de tardes de puro entretenimiento.

El romance que tenemos es de esos complicados: por un lado una dama inglesa con un gran temperamento y, por otro, un expatriado, un esclavo, que cada vez odia más la nacionalidad de la chica. Tenemos los clásicos tira-y-afloja y tornas que se van girando según avanza la novela. En definitiva, todo parte de la clásica atracción sexual desde el primer momento. Luego, se van descubriendo, van conociéndose y aumentando sus sentimientos con los típicos enredos producidos por unas palabras malentendidas o dichas en momentos de tensión. No voy a negar que algunas escenas me han emocionado, pero también he sentido cierto déjà vu. 

La historia de Miguel es de las duras, de esas en que la vida le ha dado tantos palos que sorprende cómo mantiene su entereza y su moral de caballero. No sé qué tal habría quedado, pero, desde mi punto de vista, es de esas historias personales que, más que conocerse linealmente desde el principio, quedarían más intensas e impactantes si se nos fuese contada poco a poco, tanto a quien lee como a Kelly, la protagonista. Creo que había potencial de hacer una historia mucho más intensa y emotiva si todo hubiese empezado en el encuentro en el mercado de esclavos de Port Royal.

Por su parte, Kelly queda demasiado plana: muy buena, mucho carácter, pero a la hora de la verdad es otra damisela en apuros. Y yo que esperaba que, siendo una historia de piratas, tomase ella las riendas o sacase un lado guerrero o... Eso sí, es una de esas protagonistas que se adelantan a lo que se espera de una mujer en esa época, y eso siempre suma.

Y de secundarios, aunque puedan ser interesantes, en su mayoría están muy desdibujados. Por poner un ejemplo evidente: los diferentes capitanes piratas que aparecen, salvo "el malo", son intercambiables entre sí y si hay varios es por la necesidad de tener un determinado número. Quizás la más interesante sea la criada y amiga de Kelly seguida de Diego de Torres. Si la saga sigue, me encantaría un libro de él.

Tengo dos pegas concretas que sacarle a la novela. Para empezar el cómo cae en el cliché de buenos muy buenos y malos muy malos, sin matices y sin complejidad (en este aspecto concreto) en los personajes. Por muy mal que le vayan las cosas a Miguel y por muy vengativo que sea, siempre será un hombre bueno e íntegro. Sólo ha habido una sorpresa, hacia el final, respecto a un personaje. Lo más que se puede decir de negativo de ambos protagonistas es que son muy cabezotas. 

La segunda pega es un gigantesco Deus Ex Machina referente al destino de cierto personaje secundario. No creo que me haya perdido la explicación al respecto del milagro que ocurre con él y, aunque lo suponía porque previsible era, no es nada creíble.

En definitiva, aunque no lo parezca por la mayoría de lo escrito en la reseña, la novela me ha gustado. Ha sido adictiva y muy entretenida gracias a la cantidad de situaciones diversas que plantea y a un ritmo ágil y ameno. Para pasar un buen rato de lectura con varios momentos muy intensos, otros tiernos, otros duros y otros dulces. Sin embargo, no lo puedo recomendar como una joya. Hay historias que me han llegado mucho más.

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