viernes, 2 de octubre de 2015

El Hobbit, de J.R.R. Tolkien

Aunque en mis últimas entradas la fantasía haya aparecido por una cosa u otra, lo cierto es que hacía bastante que no leía una novela propiamente de dicho género, pues la última sería La hija de la serpiente, libro que os vuelvo a recomendar, fue una grata sorpresa a pesar de que se nota que la autora aún estaba un poco verde. 

Después de ver la última película de la trilogía me parecía que era el momento perfecto para probar por mí misma la pluma de este ya famoso genio que, hasta la fecha, no me había atrevido por su fama de denso. Siempre he leído o me han comentado que, para iniciarse en sus obras, lo mejor es empezar precisamente por ésta que os traigo hoy reseñada y seguí esos consejos.

Argumento

Un día, el hobbit Bilbo Bolsón, habitante de la Comarca, recibe la inesperada visita del mago Gandalf y de una compañía de trece enanos, liderada por Thorin Escudo de Roble, y compuesta por Balin, Glóin, Bifur, Bofur, Bombur, Dwalin, Ori, Dori, Nori,Óin, Kíli y Fíli. A pesar de su desconcierto inicial, los modales y la hospitalidad de su especie hacen que les invite a comer cuanto quieran.

Los enanos necesitaban un miembro más en el grupo, un saqueador experto, para poder llevar a cabo su plan: alcanzar Erebor, derrotar al dragón Smaug y recuperar el reino y su tesoro. Gandalf les había recomendado para esta misión a Bilbo, algo que no convence para nada al hobitt ni a los enanos, aunque finalmente, de esta forma, éste se ve envuelto en la aventura a pesar de su resistencia inicial a dejar su cómodo hogar.

Reseña

La obra fue publicada en 1937 y en un principio había sido creada como relato para los hijos del autor, algo que, aunque tuvo algunas modificaciones en unas revisiones para acercarse y enlazar mejor con El Señor de los Anillos, se sigue percibiendo en la lectura. Aunque la trama es la de una gran aventura con una batalla al final, la obra no tiene el tono épico que tendría la trilogía o que las películas le han querido dar, sobre todo la última.

La historia se plantea como un viaje en el que un protagonista madurará y crecerá ganando confianza en sí mismo y aprendiendo a valorar su pacífico hogar más de lo que de por sí le gustaba. Se habla de avaricia y valor, egoísmo y buen juicio, pero sobre todo y ante todo es una novela de aventuras, por lo que el entretenimiento está garantizado mientras seguimos las andanzas de este numeroso grupo.

Lo que no se puede decir que sea es una novela de personajes. Aparte de la evolución de Bilbo y los diferentes estados de ánimo por los que pasa, el resto quedan planos, terriblemente planos. Gandalf se presenta como un anciano fuerte, ingenioso y muy inteligente y, de los enanos, únicamente Thorin tiene un atisbo de personalidad propia. El resto están para poco más que hacer el bulto necesario para una aventura semejante. Me ha faltado interacción entre ellos, saber que formaban un grupo más cohesionado o menos, con rasgos diferenciadores más allá de detalles de aspecto externo que en raras ocasiones se dejaban caer... Más habría valido que fuese un grupo mucho menos numeroso pero que hubiese dejado así margen a desarrollo.


Ya iba prevenida gracias a las adaptaciones que se han hecho de las dos obras de Tolkien, pero me ha chocado el excesivo androcentrismo de la historia. No es sólo que el grupo formado por hobbit, mago y enanos sean todos hombres, es que apenas se nombra muy de pasada a un par de mujeres en todo el libro. Ni siquiera durante el viaje surge una presencia femenina. Ninguna. Cero. No puedo evitar que me resulte chocante. En vista de esto, aunque para las películas se haya creado a propósito un personaje femenino, se aprecia el esfuerzo a costa de, seguramente, la rabia de los fans más acérrimos.

La prosa del autor ha sido más ligera de lo que al principio me temía. No abusa de descripciones y hay un buen ritmo. Aquí es donde más se nota que el público original era entre infantil y juvenil. Ya sé que gana densidad de más en la célebre trilogía, así que voy a dejar que pase todavía un poco más de tiempo antes de animarme con ella.

Poco más puedo añadir. Ha sido una lectura entretenida, con momentos de puro humor y con ese aire de cuentos infantiles que tenemos en la memoria. Tiene muy buen ritmo y un buen protagonista que, de ser poco más que un paquete que deben llevar, acaba marcando el rumbo de la aventura. Al igual que se me dijo, para quien no haya leído nada de este autor, me parece la aproximación perfecta para iniciarse. Y si, al contrario, habéis leído otras obras suyas dejando ésta por la fama de infantil, podéis darle una oportunidad, no creo que os defraude.

8 comentarios:

  1. Tengo pendiente desde hace mil este libro, espero poder leerlo pronto (y luego, si me gusta y el ritmo no se me hace cuesta arriba, animarme con El señor de los anillos). Me alegra que te haya gustado^^

    Saludos.

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    1. El ritmo de éste es muy ágil y resulta bastante ameno. La diferencia con ESDLA tengo entendido que es grande, por eso aún lo voy a dejar esperando un poco más XD

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  2. Tengo este libro pendiente desde hace mucho tiempo (no solo por ser un clásico de la literatura de fantasía si no porque me llama mucho ^^), pero primero espero leerme la saga de el señor de los anillos (o por lo menos unos cuantos) Me gusto la reseña y como describes el libro, saludos ^^

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    1. Creo que lo ideal sería leer primero éste y luego ir a por la trilogía. Aparte de porque ESDLA es secuela de éste, me parece mejor opción para hacerse al estilo de Tolkien. Sea como sea, es sólo una sugerencia, lo que tú veas mejor ;)

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  3. Me encanta este libro!!! =)

    Besotes

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  4. Yo lo leí hace unos años y siempre me ha parecido de era un error hacer tres películas de un solo libro, y más bien corto. Y sin duda ni los elfos ni los enanos quedan muy bien en esta obra.
    Sobre la poca presencia femenina, bueno me recuerda a otras obras de aventuras que he leído en qué las mujeres son testimoniales como la Isla del Tesoro o Robinson Crusoe.

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    1. La verdad es que las dos primeras se adaptan bastante bien al libro aunque metiendo cosas de más. El auténtico problema es la tercera, que se les va de las manos y hacer una película de poco más de 50 páginas... como que no. Y se nota mucho.

      No me vale la excusa de usar La isla del tesoro (1883 pero ambientada en el S. XVI-XVII) o Robinson Crusoe (1719). La novela es de 1937 y el mundo es lo suficientemente amplio e imaginativo como para haber dado espacio a alguna mujer. En las obras anteriores se trata de un universo cerrado, por un lado de piratas y, por otro, un naufrago como protagonista casi exclusivo. Lo mires por donde lo mires, no se pueden ni se deben comparar. Como muestra, para esas fechas ya existía el sufragio femenino gracias a mujeres que lucharon por él y que, en Inglaterra, lo consiguieron en 1918.

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