viernes, 31 de enero de 2014

El cuervo, de Edgar Allan Poe

Primera lectura para la segunda edición del reto de los Imprescindibles del año. Justo como hace 12 meses, con El pozo y el péndulo, lo empiezo con un relato breve de Poe. Podría proponerme leer uno cada principio de año como tradición ¿? Aunque lo cierto es que hago un poco de trampa porque no es ni siquiera un relato, sino un poema. Si no lo habéis leído, lo más seguro es que (como yo) hayáis visto la adaptación a modo de homenaje que le hicieron Los Simpsons en uno de sus especiales de Halloween de hace ya varios años.

Reseñarlo es difícil; es breve y nunca se me ha dado muy bien el análisis poético. La traducción al español pierde toda la sonoridad de la versión inglesa original, claro que leer poesía en inglés aún se me escapa. Os lo voy a dejar aquí en castellano y, si alguien quiere echarle un vistazo al original, puede ir aquí.

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran, 
tocaran a la puerta de mi cuarto. 
“Es —dije musitando— un visitante 
tocando quedo a la puerta de mi cuarto. 
Eso es todo, y nada más.” 

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros 
dieran tregua a mi dolor. 
Dolor por la pérdida de Leonora, la única, 
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. 
Aquí ya sin nombre, para siempre. 

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir: 
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto 
queriendo entrar. Algún visitante 
que a deshora a mi cuarto quiere entrar. 
Eso es todo, y nada más.” 

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente, 
tan quedo vinisteis a llamar, 
a llamar a la puerta de mi cuarto, 
que apenas pude creer que os oía.” 
Y entonces abrí de par en par la puerta: 
Oscuridad, y nada más. 

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida 
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?” 
Lo pronuncié en un susurro, y el eco 
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!” 
Apenas esto fue, y nada más. 

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, 
y así penetrar pueda en el misterio. 
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio, 
y así penetrar pueda en el misterio.” 
¡Es el viento, y nada más! 

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo; 
y con aires de gran señor o de gran dama 
fue a posarse en el busto de Palas, 
sobre el dintel de mi puerta. 
Posado, inmóvil, y nada más. 

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde, 
hórrido cuervo vetusto y amenazador. 
Evadido de la ribera nocturna. 
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” 
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.” 

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro 
posado sobre el dintel de su puerta, 
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido 
de Palas en el dintel de su puerta 
con semejante nombre: “Nunca más.” 

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando: 
“Otros amigos se han ido antes; 
mañana él también me dejará, 
como me abandonaron mis esperanzas.” 
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.” 

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua 
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido, 
hasta que las endechas de su esperanza 
llevaron sólo esa carga melancólica 
de ‘Nunca, nunca más’.” 

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra, 
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño, 
lo que este torvo, desgarbado, hórrido, 
flaco y ominoso pájaro de antaño 
quería decir granzando: “Nunca más.” 

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín 
acariciado por la luz de la lámpara; 
en el forro de terciopelo violeta 
acariciado por la luz de la lámpara 
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más! 

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua, 
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora! 
¡Apura, oh, apura este dulce nepente 
y olvida a tu ausente Leonora!” 
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.” 

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror! 
Profeta, dime, en verdad te lo imploro, 
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad? 
¡Dime, dime, te imploro!” 
Y el cuervo dijo: “Nunca más.” 

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella 
llamada por los ángeles Leonora, 
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen 
llamada por los ángeles Leonora!” 
Y el cuervo dijo: “Nunca más.” 

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!

Deja mi soledad intacta. 
Abandona el busto del dintel de mi puerta. 
Aparta tu pico de mi corazón 
y tu figura del dintel de mi puerta. 
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.” 

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando. 
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama 
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, 
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, 
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Sin entrar en análisis elaborados, que no sabría hacer, y limitándome a dar una opinión personal, debo decir que no me ha llegado lo que yo esperaba, siendo del autor que es. Para mí, el nombre de Poe es oscuridad, angustia, terror... y aquí se queda algo descafeinado.

Sí, es un relato inquietante el de ese cuervo que sólo dice ¡Nunca más! a un hombre atormentado, que cae en cierto masoquismo, sabiendo que el ave sólo dice eso, al preguntarle si volverá a ver a su amada. Pero no pasa de eso, y se me queda corto. Según avanzaban las estrofas, aumentaban mis expectativas y al final ha sido bastante decepcionante. Espero que a vosotros/as os haya gustado más que a mí.

lunes, 27 de enero de 2014

Quédate a mi lado, de Noelia Amarillo

Tras Envidia, mi lista de libros leídos sin reseñar pero con la intención de serlo se quedó con un título, que es éste que os traigo hoy. No pude resistirme a comprarlo después de la magnífica reseña que le hizo Arsénico en su momento y eso que la relación nº de páginas/precio dejaba mucho que desear. Pero lo ponía tan bien, tan bien, que sabía que me iba a enamorar de la historia. Así fue. Lo leí poco después pero no sé muy bien por qué, se me pasó reseñarlo y se quedó esperando en la estantería, donde podía verlo a diario, sin que le tocase el momento.

La cuestión es que no he podido escoger unas fechas mejores para traerlo porque este pasado mes de Noviembre ha salido en formato de bolsillo a 6,95€ y es el momento perfecto para pillarlo. Tened en cuenta que la edición original son 12,95€ que, vale, no es mucho pero estamos hablando de una novela que no llega a las 160 páginas.

Argumento

En una ciudad en la que puedes tocar el cielo o caer en el infierno, invisible para aquellos que lo rodean, Jared camina sin rumbo por sus calles, buscando un futuro mejor que el presente en que está inmerso. Su deambular le lleva hasta una pequeña tienda regentada por Dolores y su nieta, Nuria. Allí, la afable anciana le dará la oportunidad de cambiar su presente, aún en contra de los deseos de su desconfiada nieta.

Bajo la desamparada apariencia de Jared, Nuria descubrirá a un hombre valiente que conquistará su corazón, aunque sin pretenderlo y que, asustado por la pasión que siente por ella, intentará por todos los medios ocultársela. Al fin y al cabo, no tiene nada que ofrecer, él solo es un "sin techo más". Pero Nuria no es una jovencita soñadora e insegura, sabe lo que quiere, y está dispuesta a luchar por conseguirlo. Utilizará todas las armas a su alcance para vencer los recelos de Jared, y la pasión, será una de ellas. Si la pasión llama a tu puerta, ¿te atreverías a rechazarla?

Reseña

Realmente me podría ahorrar escribir nada y deciros dos cosas: 1) comprad el libro y 2) leeros la reseña de Arse si el paso 1 no os convence. Pero bueno, procuraré no pasar por una vaga absoluta y contaré mi opinión que no difiere en nada de la suya.

El género de la romántica adulta, al menos lo que he leído hasta el momento, no se suele prodigar en tratar temas polémicos. O más bien, temas de actualidad. Hablo de temas complejos, de denuncia social. Claro que me queda mucho por leer, pero lo máximo que hasta la fecha he visto (que ahora se me ocurra) es Relámpago, de Danielle Steel, que trata el tema del cáncer. Pero no es propiamente polémico, sino un tema delicado y espinoso. 
También está Más allá de las trincheras, de Verónica Valenzuela, que trata la discriminación a los gitanos pero desde un contexto histórico centrado temporalmente durante la I GM. No sé si se capta la idea que quiero transmitir. 

Bien, pues en esta novela, Noelia se lanza a contar una preciosa historia con el trasfondo de los sin techos desde un punto de vista cercano temporal y físicamente. La acción transcurre en un barrio humilde, de esa clase media en vías de extinción por la crisis actual, en Madrid. Además, al final de la historia, se incluyen unas notas personales, con anécdotas relacionadas con el tema de la propia autora. Más allá de la preciosa historia de amor, lo que prima en esta historia es el llamamiento hacia estas personas, invisibles para la sociedad. Intenta eliminar los prejuicios formados, dar un golpe en la mesa y abrir conciencias. Si bien es cierto que la sociedad está mucho más concienciada que hace unos años "gracias" a una crisis que ha llevado a esa situación a muchas personas que hasta hacía poco, llevaban una vida normal y corriente. 

Sólo por el tema ya merece la pena. Pero es que esta novela hay que leerla por Jared, uno de los protagonistas masculinos más humanos que he tenido el placer de conocer. Perfectamente construido, es un hombre íntegro que ha perdido toda su autoestima, pero que le resta el suficiente orgullo para no caer en la beneficencia. 

No es sólo una historia de amor la que nos cuenta la autora, sino que nos habla de la recuperación de la personalidad, del orgullo por ser un ser humano digno. Como dice la autora ¿qué mérito tiene el protagonista guapo, rico y perfecto que lo tiene todo para conquistar a la chica? Ninguno. En cambio, Jared no tiene nada salvo una pequeña mochila con ropas raídas, no mejores que las que lleva puestas. Pero tiene un alma pura, amable, tenaz y luchadora.

La contraparte femenina, Nuria, es una chica de armas tomar, impetuosa y decidida. Resulta inevitable que sea así, pues en caso contrario, la novela habría necesitado bastantes más páginas antes de que Jared se lanzase por su propia cuenta. Es una buena protagonista y resulta cercana y creíble, pero sintiéndolo mucho por ella, es el chico esta vez el que se lleva por completo la atención. 

Como no puedo decir mucho más, dada la brevedad de la novela, sí que quiero destacar su punto negativo que es ése precisamente: lo corta que es. Por una parte, está perfectamente estructurada y, en realidad, no se puede decir que le falten páginas ya que está contando lo que quiere contar, que en realidad es la vida de Jared. Pero por otra parte, para conseguir que sea tan breve, el giro de los acontecimientos con cierto golpe de suerte resulta muy poco creíble. Factible, sí, pero poco verosímil. Además, por esa misma brevedad, la parte romántica queda muy precipitada y la intensidad de los sentimientos que se describen, no se corresponde con el tiempo que pasan juntos para poder desarrollarlos. Y ya no hablar de los secundarios, que los hay que aportan mucha chispa a la novela y con muy poco se les conoce, pero no se llega a profundizar en ellos.

A pesar de su corta extensión, Quédate a mi lado es una novela mucho más que recomendable, es prácticamente imprescindible por todo el sentimiento que transmite. Es intensa, emotiva y desgarradora; pero al mismo tiempo es tan realista que podría haber pasado en nuestro barrio.

jueves, 23 de enero de 2014

Gingitsune

Otro anime cortito de la temporada de Otoño finiquitado. No se trata de una serie que me haya maravillado como Kyoukai no Kanata, pero no es, ni mucho menos, el horror que resultó ser Coppelion. No creo que me salga una reseña muy larga, porque no hay demasiado que decir de la serie. Pero entremos en materia.

La serie se basa en el manga homónimo de Sayori Ochiai, que hasta la fecha consta de 10 tomos y sigue abierto, por lo que nos volvemos a encontrar con una serie de final abierto.

Argumento

La historia está ambientada en un pequeño santuario sintoísta que data del período Edo. Ahí vive Makoto Saeki junto a con su padre, el sacerdote principal del templo, y Gintaro, un kitsune (espíritu zorro) que cumple el papel de mensajero de los dioses o heraldo desde hace siglos. Lo extraño de dicho templo es que sólo hay un heraldo, el compañero de Gin se marchó tiempo atrás y no se ha vuelto a saber de él. 

Makoto es la única persona del templo capaz de poder ver y hablar con Gintaro. Recibió el don cuando su madre falleció siendo aún muy pequeña. Aunque tienen sus diferencias, Makoto, con la ayuda del poder de Gin, ayuda a la gente de la comunidad a resolver sus problemas.

Reseña

La historia no tiene más. Es una serie que mezcla el Slice of life más puro con el folclore y las creencias japonesas. Se le añaden una gotitas de drama, de comedia y de romance y ya está lista la serie para el disfrute del espectador.

Son los primeros capítulos los que tienen algo  más de sustancia e intensidad, donde la carga dramática es más acusada. Nada muy fuerte, desde luego, pero son los más interesantes. Esto se debe principalmente a que son capítulos en que los heraldos tienen mayor presencia. Luego la serie se relaja por completo, centrándose en los personajes humanos con algunos dilemas, eso sí, de poco peso. Todo para acabar con un par de capítulos dedicados a la preparación de una ceremonia-festival en los que aparecen todos los personajes (y algunos nuevos) y que permiten conocer algo más de la difunta madre de Makoto.


Gingitsune es una serie que te deja una sonrisa tonta en la cara al acabar (casi) cada capítulo. Es simpática, agradable y entretenida. No hay sobresaltos, se desarrolla de una manera muy tranquila, te permite soltar alguna que otra risa y, quizás, amenazarte con alguna lagrimita, pero creo que hay que estar hipersensible para llegar a soltarla, la verdad sea dicha. Los personajes son muy inocentones, caen en algunos tópicos, pero no hay ninguno que se haga antipático, al menos en mi caso.

La protagonista, Makoto, es el clásico ejemplo de chica sencilla, simpática, amable y vivaracha. Hay una elegante y sofisticada chica rica, Hiwako, otra que es lanzada y, a priori, antipática, pero que acaba siendo un trozo de pan, Yumi, o también un chico frío, serio y taciturno con un pasado no muy agradable, que es Satoru. El elenco se va ampliando poco a poco y se empiezan a dibujar varios polígonos amorosos entre los personajes. Pero sin duda, la estrella de la serie es el espíritu zorro, Gin, que aunque normalmente sea serio, vago, tenga mal genio y sea algo borde, lo cierto es que es un amor al que le encantan las mandarinas. 


La mayor pega que tiene este anime es su carácter introductorio y lo poco que se descubre a lo largo de sus 12 capítulos de los temas delicados que se plantean. En especial, todo lo referente a la desaparición del compañero de Gin, el otro espíritu zorro del templo. Tampoco es que los personajes maduren o se desarrollen mucho, pero supongo que es lógico. Según he visto por ahí, el anime sólo llegaría hasta el tomo 4 (de, como he dicho al principio, 10 que hay hasta la fecha). Por tanto, la serie sólo se puede considerar como mera introducción a la historia y, a falta de scans, espero que se decidan a hacer una segunda temporada porque me gustaría saber cómo continúan las andanzas de los personajes. 

Gingitsune desde luego no es una serie que vaya a pasar a los anales de la animación japonesa, pero es de esas historias que permiten pasar un rato entretenido de manera apacible y tranquila. Por otro lado, permite ampliar mínimamente el conocimiento en las tradiciones japonesas y ver con naturalidad, cómo coexisten con la vida cotidiana actual. Ojalá llegue a tener una T2 porque no hay muchas series que te dejen una sonrisa en la cara y tan buen animo como ésta.

lunes, 20 de enero de 2014

Esplendor, de Anna Godbersen

Así, de seguido, con apenas unos días de diferencia después de Envidia, os traigo la reseña de la última parte de la saga Lujo. Aunque ha estado parada en mis estanterías mucho tiempo, ahora me deja cierto vacío y pena por su final. Esto suele pasar cuando una historia gusta mucho ¿verdad? Será porque hace ya bastante que no acabo una saga que me guste, pero en parte, echaba de menos esta sensación.

Reseña

¿Qué decir de esta última parte sin spoilear a nadie? Pues que probablemente no gustará a todo el mundo el final que han tenido algunas de las historias... o todas ellas. Unas por previsibles y otras por todo lo contrario. Unas por felices, otras por tristes y otras por agridulces. A mí sí me han gustado. En algunos casos, no es el desenlace perfecto que todo el mundo esperaría, pero es el más adecuado a mi entender. Todos han tenido lo que se merecían, para bien o para mal.

La autora ha sabido terminar la historia sin dejar ni un cabo suelto, aunque permitiendo al lector que su imaginación ponga el punto y final definitivo a la trama con la excusa de que el tiempo puede ayudar a unos a perdonar, a otros a comprender y a otros a madurar. Siempre que así lo crea. Personalmente, tal como le ha quedado a Anna Godbersen, yo no movería ni una coma, ni mi cabeza quiere añadir algo que aquí no existe. Quizás sea un poco triste, pero es que la vida no siempre es perfecta ni las cosas salen como nos gustaría ¿no es cierto?

Pero quizás, lo mejor de este final es que es tal como es, porque todos los personajes son ellos mismos, se mantienen fieles a sus principios y a su forma de ser. Eso sí, a lo largo de estos cuatro libros han crecido y madurado y, sin duda, si eso se nota en alguno de los personajes, es en Diana.

¿Qué más puedo decir? No lo sé. Estoy triste a la vez que feliz, emocionada a la par que siento un gran vacío.No me sale una reseña que analice la novela de manera mínimamente objetiva, todo es puro sentimiento porque la historia me ha acabado maravillando. Me he creído a los personajes, los veo reales, auténticos, con sus defectos y sus virtudes. Unos serán más queridos que otros, pero todos son inolvidables.

En realidad, la historia no deja de ser un relato variado de líos amorosos entre las clases altas de la sociedad neoyorquina de principios del siglo XX. Las correrías de unos niños pijos, con sus escándalos, sus secretos, sus anhelos, sus odios, sus envidias, su hipocresía y falsedad. Pero detrás hay tanto sentimiento, sufren y aman con tanta intensidad que me parece imposible no sumergirse en la trama y creer por momentos que no se está en esos salones entre maravillosos vestidos, o en las habitaciones donde se tumban a llorar, o corriendo por una calle sin saber muy bien qué va a pasar después.

Podría seguir divagando, pero no aportaría nada más. De hecho, no creo que lo que he escrito sirva de mucho a nadie que esté buscando una reseña que cuente lo que pasa más o menos en esta novela. No digo qué me parece bien y qué mal de las acciones y decisiones que llevan a cabo los personajes. Pero es que no podría hacerlo. Sólo podría con una café delante y una o varias amigas que también se lo hubiesen leído y lo pudiésemos discutir y pensar, y suspirar. Pero aquí, hoy, no me sale, lo siento.

Baste decir que si os interesa, por poco que sea, le deis una oportunidad. Conoceréis a unos personajes y un mundo fascinantes y maravillosos. Con una narración exquisita, que sabe equilibrar todos los aspectos de la novela gracias a las cuatro o cinco voces que van rotando para contar su historia particular. Estoy segura de que os cautivarán a poco que les dejéis contaros su historia. Una historia que, os recuerdo, comienza en Latidos con el funeral de una de las protagonistas. En serio ¿a qué estáis esperando? 

jueves, 16 de enero de 2014

Envidia, de Anna Godbersen

La cosa va de retomar sagas que tenía abandonadas desde hace tiempo. En esta ocasión por fin reseño el tercer libro de la saga Lujo. Lo podría haber hecho hace ya un tiempo, pero tras leerlo por primera vez dejé pasar el tiempo de ponerme a escribir y al final me quedó colgada la reseña. Pero como, con estas ansias que parecen haberme entrado por acabar sagas, quería leer Esplendor, el último libro, antes me parecía más oportuno refrescarme la memoria con lo que pasaba aquí y de camino redactar, esta vez sí, la reseña.

Reseña

Poner un argumento sólo serviría para spoilearos y quiero hacer una reseña que pueda leer todo el mundo, o al menos intentarlo. Además, como hace bastante que leí y reseñé los primeros libros, Latidos y Rivales, puedo aprovechar para hacer una pequeña recapitulación y organizar ideas.

Esta saga de novelas se sitúa temporal y físicamente en Nueva York, a principios del S. XX y tiene como eje a varios jóvenes de las familias más importantes de la ciudad y sus complejos romances. Se podría considerar una saga de romántica histórica normal y corriente si no fuese porque las historias de todos se entrelazan a lo largo de los cuatro libros, en vez de que cada libro vaya dedicado a una de las parejas en particular. 

Los giros en la trama son continuos y realmente sorprendentes. No son novelas previsibles y esto es decisivo para mantener el factor de enganche.

Cada una de las novelas comienza con un prólogo que, en realidad, está contando el desenlace correspondiente, pero de tal manera que la intriga y el no saber a quién o quiénes se refiere mantiene atrapado al lector hasta que llega a los últimos capítulos donde todas las piezas encajan. Además, no suele ser lo que uno se imagina, o si lo es, las dudas impiden tomarlo todo como certezas.

Así pues, en Envidia la historia continúa poco después de lo sucedido al terminar Rivales, que quien lo haya leído, o recuerde (o lea ahora) mi reseña sabrá que me hizo llorar como una magdalena. Era un desenlace muy amargo y resultaba difícil pensar en cómo lo podría enmendar la autora en su continuación. De hecho, hay muchas cosas que la autora no puede arreglar porque no tienen vuelta atrás.

En esta novela los personajes realizan un complejo baile que los acerca y los aleja constantemente. Sobre todo danzan al son que toca la arpía principal: Penélope. Ésta tiene el control prácticamente absoluto sobre todos y sabe cómo mover los hilos para que las cosas vayan como quiere. Es rastrera, superficial, egocéntrica pero muy inteligente y tiene muy claro sus objetivos.

Por otra parte, aprecio el valor y la entereza de Elizabeth que, al final, es el personaje más maduro ante el sufrimiento que le ha tocado. Su hermana, Diana, por el contrario pierde algunos puntos a lo largo de la novela pero los recupera de golpe con la decisión final que toma. Y para rematar, Carolina, por más que intente dar pena es sus momentos duros, no deja de ser una egoísta, fría como el hielo que sólo se preocupa de sí misma siendo capaz de caer peor que Penelope, que ya es decir.

Punto a favor de esta parte de la historia al sacar la acción de Nueva York y trasladar a todos los personajes a una Florida más cálida para cambiar el ambiente y contexto. Conocer un poco más de cómo eran los baños en la playa a principios de siglo resulta curioso e interesante. Pero aunque eso se da durante la parte central del libro, la acción acaba volviendo a la gran manzana para dar un desenlace sorprendente en lo que a casi todos los personajes se refiere.

En definitiva, más de lo mismo, pero aún mejor. Cotilleos, falsas amistades, romances de mentira, escándalos, comidas, bailes y muchos metros de tela para fascinantes vestidos. Una saga que engancha y que tengo a un paso de terminar. Y me va a dar pena, porque los personajes enamoran unos y se detesta a otros, pero hay pocos que no resulten remarcables. Además, el misterio inicial del prólogo sumado a una prosa ágil, adictiva, con algunos diálogos chispeantes hace que sea imposible separarse de las páginas de esta saga. No sé qué hacéis si aún no la habéis probado. Descubriréis que todos tenemos un lado cotilla al que le encanta saber de los chismorreos y los secretos romances de la gente bien... sobre todo si son tan interesantes y complejos como los aquí presentados.

lunes, 13 de enero de 2014

Coppelion

Segundo anime de la temporada de otoño que reseño. Ya dije que no iba a ser una opinión muy positiva. De hecho, estuve tentada a dejarla pero la curiosidad y la pura inercia me hicieron terminarla. Por suerte sólo han sido 13 capítulos. 

Como dato decir que se basa en un manga de Tomonori Inoue, de corte seinen, que ya lleva 20 tomos y sigue abierto. No sé qué tal estará, pero lo que he visto aquí no me da ganas de descubrirlo.

Argumento

Es el año 2036, han pasado 20 años de un accidente nuclear que convirtió Tokio en una auténtica ciudad fantasma contaminada por la radiación. La vegetación se ha hecho con la ciudad y los animales salvajes dominan lo que antes era territorio humano. Tres chicas de instituto nacidas mediante manipulación genética para resistir la radiación son enviadas a la metrópolis como la unidad conocida como “Coppelion”. 

Ibara Naruse era la delegada de la clase y lidera el trío que completan Taeko Nomura y Aoi Fukusaku. Su misión es encontrar a personas que aún quedan en la ciudad y evacuarlas a zonas sin radiación para que puedan continuar con su vida de manera normal. Pero no resultará una tarea tan sencilla como cabría esperar.

Reseña

Sinceramente, no recuerdo muy bien por qué empecé a verla, pero sí que me llamó la atención el tema del accidente nuclear teniendo tan cercano y presente el desastre de Fukushima. Me pareció una apuesta valiente en ese sentido para mostrar lo peligrosa que es la energía nuclear y las catástrofes que puede generar. Sin embargo, los tiros no van por ahí y al final es una mera serie de acción que no termina de aprovechar ese trasfondo que la realidad le da.

La estructura de la serie se compone de pequeños arcos argumentales los primeros cuatro capítulos donde las protagonistas se van cruzando con varias personas a las que salvar mientras van descubriendo cómo es la vida en la que fue la gran metrópoli. Pero en el quinto capítulo arranca el arco que se alargará hasta el final donde sorprende la cantidad de problemas que surgen para rescatar a un grupo de personas.

De la animación, debo decir que choca mucho el magnífico trabajo de fondos (en el par de imágenes que pongo para ilustrar la entrada lo podéis apreciar) que han realizado en contraste con el simple diseño de personajes. Uno se acaba acostumbrando, pero al principio la falta de integración que se ve le resta bastantes puntos. 


Otra cosa que quiero comentar es que no recuerdo haber visto un anime que tuviese un opening que spoilease más el desarrollo de la serie que éste. ¡Si hasta aparece en él una araña-robot gigante con la que pelean y que no hace acto de presencia hasta los tres últimos capítulos! Al menos, tanto el tema musical de éste como del ending merecen la pena.

Pero entremos ya en materia. Los sinsentido empiezan desde el primer momento. De hecho, es el planteamiento de partida el que hace aguas. Se puede aceptar la modificación genética para crear humanos que resistan la radiación (lo que no quita preguntarse qué sentido tiene eso, si no habría otras formas más sencillas de enviar personas allí... ), pero lo que carece de lógica es que esas personas sean unas estudiantes de instituto, con uniforme y todo, que no tienen una preparación física y mental adecuada para llevar acabo la tarea encomendada. Y aún Naruse se salva, a pesar de caer más de una vez en llorera melodramática sin tener motivos de peso para eso... pero es que las otras dos... Además, no deja de ser sorprendente que las suelten en Tokyo, que no se puede decir que sea una ciudad pequeña precisamente, sin un medio de transporte.

Se intenta dar cierta profundidad a la serie con el tema de "muñecas" que son como títeres en manos de los humanos. También se le da un giro aún más dramático al "sorprender" diciendo que las coppelion tienen una vida limitada. Pero ya sea una cosa u otra, no se consigue el efecto deseado. Ni con esto los personajes dejan de ser planos como hojas de papel. 

Y ya, si tengo que hablar del principal problema de la serie, debo decir nombre y apellido: Aoi Fukusaku. Es esa clase de personaje inútil, infantil, llorón, que no aporta nada más que problemas sin poner nada de su parte para solucionarlos. Es chillona, exasperante, irritante y absurda. La serie tiene muchos problemas, pero sin ella aún se podría salvar. Taeko, igual que ella, aporta poco, pero al menos su carácter es más soportable, respondiendo al rol de chica tranquila, amable, con una delantera considerable y gafas ¿alguien dijo fetiches?

Otro de los problemas de la serie son todas las preguntas que uno se hace al terminarla. Todas muestran la enorme falta de lógica que se esconde tras la trama (cuidado! son spoilers... pero como dudo que la veáis...): ¿por qué usar de base a una psicópata para crear Coppelions? ¿cómo crean los malos la araña-robot gigante? ¿no la podrían haber usado para sus malévolos planes desde el principio? ¿el plan de destruir Japón queda en nada con todo lo que habían hecho? ¿qué fue del perro-lobo que conocen al principio de la serie? ¿La inútil de Aoi resulta tener más poder que ningún otro coppelion? ¿qué sentido tiene darle la capacidad de generar electricidad, cual anguila, a una coppelion?


En definitiva, es una serie que hace aguas por todas partes. No tiene sentido ni en su planteamiento de partida, mucho menos en lo que al desarrollo se refiere. Se abren incógnitas innecesarias para la extensión de la serie que no se cierran. Los personajes son incoherentes y planos, cuando no directamente inútiles o desesperantes. No se puede empatizar con ellos, ni sentir nada. Y para rematar, después de todos los problemas que dan, los malos son redimidos y se vuelven buenos, TODOS. Da igual las intenciones que llevasen de partida, sus objetivos, sus planes... Al final todos perdonados.

Sobra decir que es una serie que no recomiendo. Partía de algunas ideas interesantes pero el guión no parece haber sido pensado en lo más mínimo. Todo se reduce a una sucesión de hechos sin un hilo conductor claro. Y para colmo, se cargan al único personaje que medianamente me acabó cayendo bien. Que aún perdonaría lo mala que es la serie si no hubiese pasado eso, pero no. Alejaos de este intento fallido de anime todo lo que podáis.